Comares Balcón de la Axarquía

Llegar a Comares es subir al cielo de la Axarquía. Es ascender entre cultivos mediterráneos: vid, almendros, olivos, algarrobos, hasta un pueblo histórico que se asienta sobre peñas imposibles, como un navío blanco y hermoso que domina todos los horizontes.

Pasear por Comares …seguir con nuestros pasos las huellas de cerámica nazarí de sus calles, es un viaje iniciático a otro tiempo, – a la vez – que vivimos el presente de un pueblo vivo. Cal y flores en fachadas, en rejas, en balcones. Miradores a cada paso que nos da una perspectiva nueva con el mar de fondo, con las sierras de Málaga presidiendo el horizonte y – siempre -el tono amable de sus gentes, el “buenos días” sincero, la paz que se respira en sus rincones.

Vivir Comares es confundirse con la gente en sus fiestas, mientras el aire se llena de violines, panderos, guitarras y cantos de Verdiales al estilo Comares. Es emocionarse por San Hilario, en Semana Santa, en Fiestas de Verdiales y cada día que queramos disfrutar de un pueblo antiguo con toda la autenticidad de la Comarca de la Axarquía.

Comares es también sabor a pasa moscatel, a vino inconfundible, a aceite de oliva y platos tradicionales únicos y también dulzor de los frutos subtropicales que crecen en sus campos.

Comares, un pueblo antiguo

Los orígenes y albores de Comares son confusos y aunque no hay duda de su importancia durante siglos en época musulmana, no quiere decir que fueran éstos los autores de la fundación, pudiéndose remontar incluso al siglo VII A.C. cuando los griegos focenses llegaron a las costas de Málaga y Torre del Mar, aplicándole el nombre de “Komaron” que significa “tierra de Madroños”. Sin embargo fueron los árabes los que le dieron su fisonomía sumamente singular en su urbanismo, sus costumbres y su identidad más acentuada al denominarla con el término “Hisn Comarix”, significando castillo en la altura.

Uno de los capítulos más relevantes de la historia de la villa es su escudo, pues es la de su Marquesado, título que recibe Don Diego Fernández de Córdoba, merced que le fue concedida por los Reyes Católicos como consecuencia de su participación en la captura de Boabdil (1483), título que en la actualidad ostenta Dª. Victoria Von Hohenlohe-Langenburg, como Marquesa de Comares. El 29 de abril de 1487, tuvo lugar la rendición de Comares. Tras la conquista, fueron bautizadas las treinta familias moras que quedaron en Comares, realizándose este bautizo masivo en una de sus calles, que desde entonces se conoció como calle “del Perdón”, acto que fue recordado desde aquel momento con treinta toques de campana tras los tres toques de rigor en la misa mayor de domingos y festivos.

En la ruta del aceite, el vino y la pasa, Comares como pueblo de la Axarquía ya merece una visita para recorrer sus calles en cuesta, que serpentean loma arriba en donde se asienta, especialmente la zona más alta que creció al amparo y sombra de la antigua fortaleza, dos de cuyos torreones que reforzaban las murallas aún se conservan, uno de ellos junto al cementerio. En las calles más antiguas quedan dos arcos, probablemente de la época medieval. Además de estos vestigios de su pasado árabe, como los citados del Castillo de Comares y el cerro de Mazmullar, restos de calles, casas, edificios y un aljibe que fue declarado en 1931 Monumento Histórico-Artístico, el pueblo tiene como principal obra arquitectónica la iglesia parroquial de Ntra. Sra. de la Encarnación, situada en la parte más alta y de estilo mudéjar del siglo XVI. En el primer cuarto del siglo XVII se construyó en esta iglesia la capilla del Sagrario, con cúpula de yesería y estilo rococó.

Comares es también un importante hito paisajístico para las tierras próximas, sus casas coronan el cerro pintándolo de blanco y a modo de nido de águilas se asoman a un paisaje próximo de lomas abarrancadas cubiertas de olivos, almendros y vid. Basta con recorrer sus calles para vislumbrar el pasado andalusí en su propio casco urbano.

Desde el castillo, conocido por La Tahona, también se pueden ver hermosas vistas de los alrededores, sobre todo, hacia la zona del interior, dando certeza a Comares como auténtico “Balcón de la Axarquía”

Comares Te espera,  ¡Ven y Asómate! .